Y no es
cuestión del futuro, las impresoras 3D ya están trabajando en ello, y es así
como en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el profesor Alex Vidal
explica que ya las impresoras llegaron a las cocinas para quedarse.
Con esta
herramienta, explica Vidal, se puede llegar a imprimir comida que tiene un
exhaustivo control de sus ingredientes, o platos presuntuosos para grandes
restaurantes, e incluso, pueden ser ideales para elaborar platos especiales
como, comida sin gluten, comida para diabéticos, intolerantes o alérgicos
a ciertos ingredientes.
Aún cuando
las impresoras 3D que imprimen comida pueden resultar perfectas para platos con
alto control de ingredientes (alergias o intolerancias alimentarias), parece
ser que el mayor impulso pueda presentarse en el área de la pastelería, ya que
son recetas muy exactas y generalmente funcionan por capas, tal como lo hacen
las mangas que se usan en la elaboración tradicional, a la que se van
adicionando poco a poco los ingredientes y es más fácil lograr el acabado final
deseado, en lugar de dejarlo todo en manos de un decorador de dulces.
Una de las
dificultades que se ha encontrado en la inclusión de las impresoras 3D que
imprimen alimentos es el logro del punto exacto de cocción de cada uno de los
ingredientes, por lo que en este momento los laboratorios dedican sus esfuerzos
a esos asuntos más complejos.
Tanto es el
potencial que se prevé en esta área que ya en España inició operaciones una
empresa que desde ya comercializa una máquina llamada Foodini, que a partir de
cápsulas imprime gran variedad de alimentos dulces y salados. En otros países
ya vienen funcionando empresas como 3D Systems ya han patentado la Chefjet, la
Chefjet Pro y ya inició las operaciones del 3D Culinary Lab, espacio para ir
afinando esta innovadora tecnología. En campos más específicos también resalta
la empresa Systems and Materials Research que trabaja en modelos para nutrir de
manera sana a los astronautas.
Aun cuando
las impresoras 3D no se han masificado aún y por tanto no han llegado a nivel
usuario, mayormente por su alto costo, ya se usan en diversas industrias: a la
de diseño, a la industria de la biomedicina, de la ingeniería, etc., la
consultora Gartner calculó que en 2016 se vendieron poco más de 455.00o
impresoras 3D a nivel mundial, pero estima que para el año 2020 se
venderán alrededor de 6,7 millones por año.
¿Alguien se
anima a probrar la comida impresa? ¡Comencemos por los postres!
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