Hay ciertas
tareas que nos aburren, pero pueden ser un componente natural del trabajo que
desempeñamos. Probablemente un 20% del tiempo que una persona dedica a su
trabajo está haciendo cosas que preferiría no hacer, pero es obligatorio
ejecutarlas para ser exitoso. Eso frecuentemente lleva a la persona a posponer
lo que le aburre y esto también puede ocurrir cuando:
- El trabajo es cíclico y se está en un punto bajo del ciclo de ocupación.
- La persona está cansada.
- La persona simplemente está en el trabajo equivocado.
Postergar o
aplazar acciones afecta a todo el mundo, pero para algunos se puede convertir
en una adicción. En esa condición, las personas evitan el trabajo que está
frente a ellos y terminan yendo a casa para frenéticamente tratar de terminar
lo que fácilmente hubieran podido completar antes de la cena. Este fenómeno de
postergación puede ser paralizante y estudios recientes indican que magnifica
el estrés, reduce el desempeño y lleva a problemas de salud. Para superar el
modo de aplazamiento y mejorar la salud y la productividad es necesario superar
hábitos mentales negativos.
Excusas
para postergar
- “No sé dónde empezar” – Cuándo algo luce muy difícil, hay que desglosarlo y la tarea pasa de ser muy difícil a convertirse en ejecutable.
- “No me gusta” – Es difícil ejecutar tareas que no interesan o que se odian, por ello es necesario asegurarse que no se toca otro proyecto hasta que se complete el antipático. También se puede tratar de transformar la tarea, buscando como hacerlo en una forma más eficiente o si es un proceso se busca cambiarlo para obtener los mismos o mejores resultados.
- “No creo que lo pueda hacer” – El cerebro hay que desplazarlo hacia una dirección de confianza, focalizándose en los aspectos positivos que traerá la ejecución exitosa.
- “Es demasiado fácil” – Es común subestimar la dedicación requerida por una tarea fácil, así que es preferible relacionar la tarea a otros elementos más complejos y determinantes. Así una tarea mundana pasa a ser fundamental.
- “Hay demasiadas distracciones” – Tareas pequeñas e irrelevantes pueden distraer de la tarea clave. Visualizar el esquema global y el efecto de posponer la tarea clave permite reenfocar y evitar distracciones.
Manejo del
cansancio
Para los
días en los cuales que no se tiene energía, hay ciertas recomendaciones:
- Tener claridad sobre el objetivo a alcanzar – Sentarse y aclarar lo que se requiere hacer durante el día.
- Ser implacable con las distracciones – Ignorar el correo electrónico, Facebook y minimizar las interrupciones.
- Alimentar el nivel de energía –Tomar agua, limitar el café y las gaseosas.
- Despertar – Si la salida de la cama es difícil, dirigirse directamente a la ducha.
Ciclos de
baja ocupación en el trabajo
- Asumir la responsabilidad y buscar nuevos retos – Es necesario buscar nuevas oportunidades o responsabilidades. Puede ser buscando algo que no esté funcionando y arreglándolo o directamente solicitando nuevas responsabilidades.
- Mantener una lista de pequeños proyectos – Para este tipo de situaciones puede ser: (a) reorganizar el sistema de archivo y eliminar documentos viejos, (b) explorar un nuevo software, (c) limpiar el disco duro, (d) actualizar una presentación, (e) tomar un entrenamiento en línea.
¿Se está en
el lugar apropiado?
Es posible
que el aburrimiento no se deba a falta de trabajo, sino que el trabajo mismo no
comprometa a la persona o aproveche sus habilidades. En esta situación se
necesita explorar los diferentes caminos que permitan alinear la carrera con el
talento y las habilidades propias y así evitarse frustraciones.
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