La dinámica
del día de hoy nos lleva a estar conectados casi de forma permanente. Y es que
si bien es cierto que, para unos más que otros, es casi vital estar conectado
las 24 horas del día, también podríamos resolver muchas de las cosas como se
hacían antes: vía telefónica o por correo electrónico, pero quizás muchos
piensen que se pierde la inmediatez de la respuesta.
Es común
que, sobre todo en las oficinas, se discuta sobre qué es más rápido, si la
conexión WiFi o la Ethernet (por cable), es por ello que los especialistas de
ESET se dieron a la tarea de hacer una investigación sobre el tema, los
resultados a continuación:
Velocidad:
En teoría
la conexión proveniente de WiFi es más veloz, sin embargo, ella realmente dependerá
de varios factores: la cantidad de canales vs dispositivos conectados, la
infraestructura (sótanos, paredes de concreto, hormigón, muchas columnas)
pueden interferir en la señal y, aunque se aumente la potencia del router, la
tasa de rebote también lo hace, por lo que deben cumplirse ciertas normas para
que esto no suceda. Esto quizás en navegación normal no sea tan evidente, pero
a la hora de realizar videollamadas, jugar o ver y compartir contenidos en
streaming si se sentirán, al menos, interrupciones en la transmisión de la
data.
Por el otro
lado, las conexiones realizadas vía ehernet tienden a ser más estables, ya que
no tienen esas interferencias externas, lo que garantizan hasta cierto punto la
continuidad de la transmisión. En algunos casos, esta velocidad de conexión
puede verse potenciada si la organización posee el protocolo Cat.8 de Ethernet
(con un costo bastante considerable) pero que ofrece velocidades hasta los
40Gbps.
Seguridad:
Al hablar
de seguridad informática se ha comprobado que la conexión inalámbrica es mucho
más vulnerable ya que hay muchos ataques que pueden iniciarse de forma remota:
desautenticar dispositivos, quebrar la clave de seguridad e ingresar a la red
sin ser percibido, o incluso, bloquear la conexión del WiFi con el uso de un
inhibidor de señal.
Quizás el
tipo más peligroso de ataque que se puede sufrir es creando falsos puntos de
acceso, mediante el cual la víctima se conectará (por engaño) desde el propio
terminal del ciberdelincuente, lo que facilitará el robo de sus datos y espiar
sus hábitos y sitios de conexión.
Las cibercriminales prefieren atacar plataformas WiFi debido a que es
más fácil ingresar, pero ello no quiere decir que no sea posible atacar a una
Ethernet porque deben tener acceso físico, sino que deben valerse de métodos
más sofisticados y eso implica tiempo y dinero que no están dispuestos a
invertir.
Para este estudio no se tomaron en consideración dispositivos móviles
(celulares ni tabletas), mucho menos dispositivos asociados al internet de las
cosas (IoT), por lo que los intentos de ingreso deben ser mucho mayores en las
plataformas inalámbricas.
Conclusión:
La conclusión que se obtuvo de esta revisión es que si constantemente se
van a transferir archivos a máxima velocidad se deben hacer por medio de
cableado – Ethernet, sin importar la velocidad que se tenga contratada, siempre
va a ser más rápido compartir el material con la conexión cableada tradicional ya que se
evitan las interferencias externas y la información viaja más segura.
Si en el equipo de la organización suelen trabajar con unidades
compartidas vía red interna igualmente se recomiendan conexiones con cableado,
claro está, siguiendo las más mínimas normas y procedimientos de instalación,
de manera de obtener la capacidad de velocidad máxima para compartir, o al
menos, acercarnos a ella.
Los tomadores de elección del área de TI deberán decidir qué es más
conveniente para ellos: si tener movilidad dentro de la oficina, conectándose
desde cualquier sitio en el que estén dispuestos a trabajar, frente a tener más
seguridad, todo dependerá siempre de las necesidades de los usuarios.