En las últimas semanas ha crecido la tensión entre USA y
China, en esta oportunidad de ha encendido una lucha tecnológica que tendrá
repercusiones en otros ámbitos.
Ya son varios los países que han vetado la comercialización,
y es que según la opinión pública, esta guerra tecnológica en el fondo busca
evitar que Huawei (y China) sean grandes proveedores de equipos para la
implementación de la conectividad 5G, ya que ello podría implicar el dominio
del gigante asiático sobre casi la totalidad de la información que se generará
con las nuevas redes.
El panorama hasta ahora es muy incierto para el fabricante
chino, ya que para poder entregar equipos para tecnología 5G, deben incorporar
componentes fundamentales que se producen en Estados Unidos, Alemania, Suiza,
Holanda, Reino Unido, naciones que por cierto ya anunciaron la suspensión de
suministros a Huawei. Otros proveedores, como es el caso de Japón, aún no han
fijado posición al respecto. También se debe recordar que no es el primer
suceso en el que se ve implicada la marca, de hecho la hija del Presidente de
la Corporación afronta cargos en Canadá y hay otros procesos abiertos en Reino Unido
y Australia.
La empresa ha anunciado que contratará a 10.000 ingenieros
para desarrollar todos estos avanzados componentes en China y no depender de
sus proveedores en el extranjero, pero tomaría algo de tiempo llevar el
producto final al mercado.
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