¡Los productos inteligentes conectados está
revolucionando el mundo de los productos! Los productos que históricamente
tuvieron partes mecánicas y eléctricas, ahora se están convirtiendo en sistemas
complejos que combinan en miles de formas hardware, sensores, almacenamiento de
data, microprocesadores, software y conectores. Estos nuevos productos ofrecen oportunidades inimaginables para
agregar nuevas funcionalidades, para lograr mayor confiabilidad y utilización
del producto y con capacidades que exceden por mucho los límites tradicionales
de los productos.
Estos productos inteligentes conectados son
parte del Internet-de-las-Cosas (IoT). Lo que hace a dichos productos
fundamentalmente diferentes es la naturaleza cambiante de las “cosas”, son sus
capacidades expandidas y la data que generan. Estos nuevos y mejores productos
están desencadenado otro salto mayor de productividad y además están causando disrupción en las cadenas de valor,
forzando a las empresas a repensar y reorientar prácticamente todos sus
procesos internos. Todo esto implica transformaciones mayores en el diseño del
producto, el mercadeo, la manufactura, en el servicio post-venta y con la
creación adicional de nuevas actividades como analíticos para el producto y
seguridad.
Para Internet-de-las-Cosas (IoT) hemos venido
operando en IoT 1.0, donde los productos se han desarrollado primordialmente
para el mundo empresarial, siendo el comprador un especialista y no el usuario
final. Los primeros esfuerzos para desarrollar un mercado para productos que
permitan controlar la nevera, la electricidad, etc., en el hogar no han tenido
todavía el éxito esperado. En IoT 2.0
los productos de uso del hogar o personal
se le ofrecen a los usuarios finales, las oportunidades son cuasi
infinitas, pero este cliente necesita además de tecnología un diseño atractivo
y práctico y ello cambia todo el enfoque
alrededor del producto.
Qué son productos inteligentes conectados
Los productos inteligentes conectados tienen
tres elementos claves:
- Componentes físicos que incluyen las partes mecánicas y eléctricas.
- Componentes inteligentes compuestos de sensores, microprocesadores, almacenamiento, controles, software, típicamente un sistema operativo embebido y una interfaz de usuario mejorada.
- Componentes de conectividad que abarcan puertos, antenas y protocolos habilitando conexiones alámbrica e inalámbricas con el producto. La conectividad permite: (a) intercambiar información entre el producto y el ambiente operativo, su fabricante, sus usuarios y otros productos y sistemas y (b) que algunas de las funciones del producto existan fuera del dispositivo físico ( en la “nube del producto”).
El valor del diseño IoT 2.0 en el hogar
Las proyecciones indican que la casa de una
familia típica en los países desarrollados para el año 2.020 contendrá hasta
500 dispositivos conectados y habrá 50 mil millones de “cosas” conectadas en el
mundo. Para alcanzar estas proyecciones tan elevadas se necesita una
reorientación fundamental de la concepción de los productos, ya que el diseño
de los mismos pasa a ser determinante. Al usuario del producto no le importa
que tenga Internet-de-las-Cosas, lo que quiere es un producto atractivo que
tenga funcionalidades prácticas para el nuevo uso que se le ha encontrado.
El principio fundamental en la era del IoT 2.0
es que IoT no es el producto final. IoT no es un iPhone, una aplicación
conectable o un dispositivo vestible y los clientes no compran IoT.
Efectivamente estudios sugieren que la mayoría de los cliente no están
conscientes de lo que IoT es o hace. Para responder a los requerimientos de IoT
2.0 se necesita una reorientación fundamental en la forma, en la cual los tecnólogos y diseñadores de productos
necesitan trabajar juntos para crear dispositivos personales y
electrodomésticos conectados. Esta evolución a IoT 2.0 requiere experticia
tecnológica y donde especialmente se reconoce el valor del diseño en el
producto conectado.
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