A inicios
de este año se celebró el Automotive Grade Linux, evento que reunió a los más
grandes fabricantes de la industria automotriz para conocer las más recientes
innovaciones en materia de tecnologías y plataformas de código abierto (basadas
en Linux) para vehículos.
El mercado
parece que está ávido de vehículos “inteligentes” y el éxito de Tesla lo ha
dejado demostrado: una compañía con un gran crecimiento en pedidos de vehículos
que saldrán a la venta en el 2018, que además de atender el segmento de los
vehículos conectados también atienden al del segmento de las energías
alternativas. También está el caso de los vehículos ya en prueba de las
empresas japonesas y europeas, que han ido incorporando sofisticadas
computadoras e innovador software a los vehículos tradicionales
Sin
embargo, en las empresas americanas tradicionales como GM y Ford no parecen
estar preparando estrategias para el futuro, y aunque han comunicado que están
desarrollando algunos proyectos, no ha sido presentado algún avance
significativo en este sentido.
Otra
ventaja que presentan las empresas que ya han venido probando sus vehículos conectados, es que han logrado desarrollar vehículos modulares (caso Tesla y
japoneses), en el que todas sus partes están completamente conectadas, lo que
se traduce en una unidad que ágilmente puede ser sustituida, mejorada,
parcheada periódicamente por sectores (para procurar mayor seguridad ante la posibilidad de ciberataques), en
definitiva, que los errores que se demuestren en pruebas son localizables
fácilmente. Los fabricantes que ya están en este punto están basando sus
desarrollos en tecnología y luego se dedican a adaptar las líneas de producción
y no al contrario.
Así como en
la era de la revolución industrial y en cualquier otro momento donde alguna
invención o hito haya marcado alguna industria, este es el momento donde las
empresas automotrices han de demostrar su capacidad de adopción y de
internalización de cambios, de convertirse primeramente en empresas de
tecnología y diseño que finalmente están en el campo de la industria
automotriz.
Según voceros de algunas empresas participantes en esta actividad, las empresas americanas tradicionales de vehículos han demostrado históricamente que les cuestan asumir cambios y que, estiman que esta vez no será diferente, de cara a lo que se ha venido demostrando hasta la fecha.
En nuestro
blog hace unos meses se reseñó el caso de Kodak, en el cual la empresa
desarrolló la cámara digital, no fue capaz de seguir el ritmo del mercado y no
ingresó al mercado de la fotografía en línea, o al desarrollo de lentes para
cámaras en smartphones. En contraparte se presentó la experiencia de Swarovsky,
donde una empresa que comercializaba cristales luego de 100 años tuvo que basar
su operaciones en tecnología para agilizar procesos y resolver sus problemas
de negocio y el de sus clientes.
Redactado con información de IDG.es, Microsoft y Tesla.
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