Ford recientemente anunció que en 5 años
estaría produciendo en forma masiva vehículos autónomos y que estos formarían parte de una flota de
transporte compartido. Esta es una señal adicional que se acerca el momento de
reinventar el transporte, rediseñar las ciudades y simultáneamente reducir
dramáticamente contaminación y las muertes por accidentes de tránsito. Los
vehículos auto-tripulados también
reforzarán las tendencias provocadas por los servicios tipo Uber,
haciéndolos más económicos y más asequibles.
Los fabricantes de automóviles han
entendido que su industria está siendo reformada por chips, software y sensores
que se usan para diseñar los vehículos auto-tripulados. Por ello, varios
fabricantes automotrices, empresas de tecnología y proveedores de transporte
compartido ya están probando vehículos autónomos en las vías públicas. El
vehículo auto-tripulado no bebe cuando maneja, no se duerme al volante, no
habla por teléfono y no se maquilla mientras maneja, así que veamos que podría
significar todo esto:
Un vistazo al futuro
- Los vehículos autónomos serán radicalmente
diferentes: sin volante, sin acelerador, sin freno.
- Las ciudades, donde se maneja a menor
velocidad, y es más simple hacer el mapeo digital detallado ofrecen a corto plazo
el ambiente más seguro.
- Servicios de transporte como Uber buscan
operar flotas de vehículos que en el futuro proveerán transporte a cualquiera,
facilitando la movilización de la gente y eliminando la necesidad de un
vehículo propio o de una licencia para manejar.
- Las ventas de automóviles particulares
podrían caer en un 40%, al contar con esos servicios y no necesitar comprar un
vehículo.
¿Quién fabricará los vehículos?
Los grandes fabricantes automotrices
actuales están trabajando a todo vapor: Ford se ve como una empresa de
movilidad”, BMW y Mercedes-Benz plantean el concepto de
“transporte-como-servicio”.
Empresas de tecnología como Google y Apple
han emergido como futuros competidores potenciales en este área.
La experiencia de Uber como proveedor de
servicios, y su conocimiento profundo de los patrones de demanda y de
comportamiento de los clientes le da una ventaja competitiva importante. Además
este tipo de empresas, desean poder aumentar el control sobre su negocio
eliminando a los conductores.
Las situaciones “confusas” para el vehículo
autónomo
Los vehículos autónomos tienen dificultades
lidiando con lo inesperado. El cerebro humano es mejor que la computadora en la
toma de decisiones frente a situaciones súbitas e inesperadas, tales como un
niño lanzándose a la calle, un ciclista girando bruscamente o una rama caída en
el pavimento. A continuación algunas de esas situaciones:
- Conductores imprudentes – La tecnología no
puede controlar el comportamiento de otros conductores, y una solución es
equipar los vehículos con transpondedores que comunican la posición, velocidad
y dirección a otros vehículos.
- Mal clima – Si las calles están cubiertas
de nieve o hay charcos las cámaras que se guían por el rayado no funcionan,
para ello tendrán que mejorar los sensores para barandas, barreras, tráfico y
árboles.
- Mapeo Digital – Los vehículos
auto-tripulados requieren mapas tridimensionales altamente detallados que
comunican las ubicaciones de intersecciones, señales de stop, rampas de
entrada, etc.
- Baches – Los baches son difíciles, ya que
están bajo la superficie y aquí se requieren sensores-basados-en-laser más
precisos o que vías-inteligentes se comuniquen con los vehículos.
- Ética en la carretera – La toma de
decisiones difíciles e instantáneas es un reto no resuelto. Cuándo una pelota
cae en la vía y salen dos niños persiguiéndola, las opciones para el vehículo
auto-tripulado son arrollar a los niños o virar y chocar contra un poste
potencialmente afectando a los ocupantes del vehículo, Qué debe hacer? Para un
ser humano es una decisión inmediata
espontánea, pero el vehículo es controlado por un algoritmo, con una opción
predeterminada por un programador.