El mundo
entero se enfrenta a una gran paradoja: por un lado, el desempleo se hace más
evidente en los jóvenes en países industrializados. Las estadísticas muestran
cómo cada día más se suman a sistemas de paro de cada país, por otro lado,
crecen más las oportunidades de empleo en áreas muy específicas y hay un gran
déficit de profesionales o analistas especializados. ¿Qué es lo que está
sucediendo?
Las nuevas
tecnologías están cambiando los conceptos y las formas de trabajo y las grandes
corporaciones ya han hecho importantes avances en la materia. Según Gartner,
consultora especializada en el área de Tecnologías de la Información, para el
año 2020 se estima que habrá 20.000 millones de dispositivos conectados al IoT
- internet de las cosas-. Para la fecha no solo habrán dispositivos
empresariales (la mayoría actualmente), sino que muchos de los artículos de uso
cotidiano para el ser humano van a estar conectados.
Todo este
equipamiento no funcionará solo: se requiere servicios para que funcionen los
aplicativos: seguridad, nuevas aplicaciones, soporte técnico, garantías,
repuestos, servicios a la plataforma, etc... ¿hay suficiente personal para
esto?.
Por otro
lado tenemos toda la data que maneja la empresa, tanto de ellos como de sus
clientes. Esta información crecerá en cantidad pero sobretodo en cantidad, ya
que se tendrá más detalle del estilo de vida de cada cliente: sus preferencias,
hábitos, formación, estilo de vida, capacidad de compra, etc. Esta información
necesita ser organizada, analizada y traducida en nuevas acciones de negocios.
¿Está preparado el personal de las empresas para ello?
Recientemente
en Europa se han llevado a cabo estudios por firmas de consultoría en el área
de RRHH y, una vez más, han determinado que los jóvenes se decantan por
carreras universitarias tradicionales como administración, derecho, contaduría,
ingeniería, etc. y solo el 10% se enrumba a carreras científicas y analíticas.
Adicionalmente,
se registrará un aumento en servicios como electricidad, conectividad, transporte,
logística y formación que también necesitará personal altamente especializado.
Enumerados
solo estos 3 escenarios, tenemos por otro lado que los programas de estudio de
muchas instituciones no están adecuados a la realidad y al mercado laboral futuro,
por lo que deberían tomarse medidas en este sentido.
En palabras de algunos expertos “se sigue formando para un mundo competitivo y
no colaborativo como son las nuevas tecnologías”.
Por lo pronto, mientras se ajustan los programas educativos, se pueden
ir tomando algunas acciones para ir solventando las deficiencias de personal
especializado: ir transformando a los empleados actuales, personas con formación
científica, analítica, de marketing y comunicaciones para que vayan adquiriendo
destrezas en las nuevas áreas para que ellos luego puedan transmitir sus
conocimientos al nuevo talento que viene de la universidad sin la formación
para el mundo actual.
Para finalizar el análisis, no solo el
modelo educativo actual debe transformarse, sino también el modelo y cultura
empresarial. En estas nuevas estructuras los jefes pasan a ser más líderes,
además de decidir qué acciones tomar para dar prioridad a las inversiones destinadas
a innovación y que así los emprendimientos pasen a ser empresas al transcurrir
del tiempo.
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