Hace
algunos años los hackers buscaban dejar huella, hacerse visibles, sencillamente
presumir su poder y conocimientos. Posiblemente dañaban la PC o Servidor, el
equipo podía quedar inservible, el usuario perdía su información pero podía no
pasar de allí.
En la
actualidad, la nueva generación de amenazas informáticas ha sido denominada por
los expertos en el área como Amenazas Persistentes Avanzadas (APT). Estos
ataques tienen un solo fin: obtener beneficio económico. Generalmente los
hackers trabajan en grupos o sociedades donde cubren turnos, se especializan
por áreas específicas, hacen inversiones en equipos y conocimiento y otras
funciones propias de cualquier organización. Sus ataques son ejecutados de
manera muy cuidadosa, incluso se han visto caso en que permanecen extrayendo
información de PC´s y Servidores por períodos de tiempo indefinidos, mientras que
el afectado no nota nada y sigue ejecutando todas sus tareas laborales,
financieras, datos personales, etc.
Las
Amenazas Persistentes Avanzadas trabajan con metodología avanzada, no dejan
nada al azar y logran burlar los radares de detección de amenazas, por lo que
resultan un verdadero dolor de cabeza tanto para los grandes desarrolladores de
software de seguridad, como para los departamentos tecnológicos y encargados de
seguridad informática.
Las
infraestructuras actuales de tecnología son más complejas, por lo que las
soluciones de seguridad deben monitorear integralmente y no por secciones. Las
organizaciones en general deben buscar asesores en áreas de seguridad que
tengan la capacidad de enfrentar los riesgos que pueden presentarse, más aún en
ciertos tipos de negocio donde se expone la información de clientes.
La otra
recomendación que hacen los expertos es educar a los usuarios en materia de
prevención y de las vulnerabilidades a los que esta expuesto, así como una
inducción para que conozca las herramientas de seguridad que tienen a su
disposición, para que sirven y cómo usarlas (sobre todo en sus dispositivos
móviles) para no poner en riesgo el patrimonio de la organización para la cual
labora.
Redactado
con información de AméricaEconomía.com
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