viernes, 16 de septiembre de 2016

Jugar puede hacernos más productivos en el trabajo

Es del dominio público que en las oficinas de Google existen salas de juego, que en las empresas ubicadas en Sylicon Valley se llevan a cabo a menudo torneos, pero quizás no muchos están enterados de que en grandes centros de estudios e investigación, como el MIT, es muy usual ver gamers haciendo de las suyas con juegos que recién acaban de diseñar, una tradición que se remota a los años 60, con el legendario Spacewar, que marcó un hito en el mundo del desarrollo.

En una reciente investigación de Microsoft, de la cual se va a hacer una serie vía podcast con los investigadores que participaron en ella, cuentan historias de inventores, científicos, pioneros en diferentes áreas de cómo fue que su creatividad afloró grandes ideas que devinieron en proyectos.

Steven Johnson, quien ha investigado a profundidad el tema y ha escrito varios bestsellers, describe cómo “muchas ideas importantes en la historia surgieron en un inicio de personas que jugaban con cosas solo por diversión o o tras explorar nuevas experiencias y tener una sensación de asombro, deleite o diversión”.

Dentro del referido estudio Microsoft encontró que el 70% de los empleados en Estados Unidos se siente que son más productivos y con más energía sí disponen de algún tiempo para jugar en la oficina, pero contrario a eso solo el 31% de los encuestados indicó que en su empresa fomentaban ese tipo de actividades en los días laborables.

Jhonson como experto en la materia comenta que no es necesario que los empleados pasen horas y horas inmersos en juegos, solo basta que las empresas den vida a los sitios de trabajo mediante el impulso de la diversión, de hobbies o deportes fuera de los ambientes laborales, en el caso de ambientes en los que sea realmente difícil incorporarlos.

El incluir actividades lúdicas (o musicales, de pasatiempos en general) internas o externas en donde los empleados puedan afianzar el compañerismo, el trabajo en equipo, la solidaridad y la construcción de lazos emocionales con sus colegas indudablemente va a impactar de manera positiva en los empleados, y por ende, serán más productivos que alguien aislado, que sienta que no pertenece.

El concepto de los juegos ha venido cambiando y para su adopción no es requisito indispensable disponer de una mesa de billar, de campos para jugar juegos medievales, etc. Una buena fórmula es permitir que en las horas de almuerzo se hagan torneos on-line o se armen grupos de juegos de video, entre otras fórmulas.

Fomentar el uso de ambientes por grupos que busquen diversión, puede ser en horas libres, fomenta la camaradería. Los cubículos o salas de conferencia dejan de ser frías y son lugares donde la gente se reunirá a pasar un rato agradable y eso al final fomenta la creatividad y la productividad.

Dona Sarkar, quien dirige la comunidad Windows Insider Program, ejemplifica esto de la mejor manera: como parte de una técnica para hacer dinámicas, se fomentó en un grupo de mercadeo una discusión sobre juegos de sables y togas, y se descubrieron intereses individuales y grupales que no sabía que existían en el grupo. Tras utilizar los intereses para bien y obtener buenas ideas, la dinámica del equipo permitió que tomaran más riesgos y que fueran más creativos. A quienes llevaron las ideas de forma más apasionada, los llevaron a liderizar importantes proyectos. Fue así como una sesión ïmprovisada y espontánea” de juegos trajo a los verdaderos Yo del equipo, rompieron límites.

Ellos pueden traer todas esas ideas creativas y nosotros trabajamos para después mejorarlas, acotó.


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